18 marzo 2009

15 de Marzo... Lago Posadas y Pueyrredon

Un párrafo aparte merece el viaje desde el Chaltén hasta Lago Posadas.
Como ya les contamos salimos al mediodia al ver que llovía y llovía y no ibamos a poder hacer la caminata. Que podíamos hacer en una cabaña, sin heladera, sin bidet y sin poder fumar. Lluvia en la ventana, calor de hogar, sin mate….si, hicimos lo que todos estan imaginando, nos fuimos hacia el nuevo destino, Lago Posadas y Pueyrredon.

Por el camino nuevamente la NADA. En este punto el concepto ya cambia, lo que uno entiende por la nada se transforma en un TODO. L ugar que uno mire, nada. Al norte, nada; al sur, nada; este y oeste, nuevamente la nada. Solo arbusto, montaña a lo lejos, cada tanto un guanaco perdido y un par de ovejas que mostraban señales de haber vida, porque además de nosotros en el auto las únicas señales de vida parecían ser los carteles, que imaginamos que deben haber sido plantados y crecido hace algún tiempo porque es difícil creer que alguien haya ido hasta ahí solo para poner un cartel de curva. La nada es una constante ya. Ahora uno entiendo cuando dicen que la patagonia está despoblada, pero claro, quien va ir a vivir ahí? Nadie , en la nada. Así durante largos 200 y pico de kms. Turnandonos para manejar y cada tanto alguna parada técnica donde intercalabamos cigarrillo y baño agreste. No así Mariana para quien su autonomía de viaje le permite hacer cientos de kms sin escalas en el medio.

Esto duró unas 8 hs aproximadamente hasta llegar a Bajo Caracoles. Un pueblo formado por un bar con 2 surtidores de nafta, un asentamiento de vialidad nacional, una escuelita y creo que ahí se termino todo. Cuando digo pueblo no imaginen calles ni nada por el estilo, es solo lo nombrado más arriba en donde sigue la ruta 40 y comienza la 39 que nos llevará hasta Lago Posadas. Ahí terminó la autonomía de todos.
Bajamos con la idea de comprar algunas galletitas, cargar agua para el mate, una pasada fugaz por el baño y seguir los 70 km de ripio que restaban por la rp 39. Nuevamente debemos hacer hincapié en la ayuda de Carmen, nuestro GPS que es casi un compañero más de ruta.
Entramos al bar que se los voy describir de la mejor manera que pueda.
Era un lugar de aproximadamente 5 x 10 mts. Un mostrador en L. Luz tenue a la tardenoche. Más atenuada por el humo del cigarrillo de las 15 personas que ahí estaban. Más o menos todos los habitantes del pueblito, o asentamiento, más algún camionero de paso. Sonidos ninguno. Casi se escuchaban las respiraciones de todos. Algunos parados, otros sentados, pero todos con la vista fija en la tele con el partido de Boca y Argentinos jrs. Entro Juán y ni giraron la vista, atrás Mariana. La cosa cambió. Detrás Gabriel. El partido dejó de tener interes. Nuevamente en silencio todos giraron hacia ella. Claro, sin desmerecer a Mariana, pero eran 3 personas nuevas después de vaya uno a saber cuanto tiempo sin ver algo más parecido a una mujer que las fotos de Susana Romero pegadas en los posters de la pared. Más si uno de ellos tiene pelo largo y rubio. Para ese entonces Mariana trataba de escabullirse y esconderse para que las miradas no la dejen embarazada. Todo esto seguía siendo en silencio, ni una mosca. Juan se acerca al mostrador y habla con el vendedor, no se le escucha lo que dice, el tono es bajo como si el aire fuera a cortarse por escuchar alguna voz. Mariana ya está desesperada por el baño pero no se anima ni a moverse del lado de Gabriel, ilusa si pensaba que podrían defenderla de ese manantial de hormonas. Salimos. Sanos y salvos, detrás de uno de los parroquianos que afortunadamente solo tuvo que atravesar la puerta y que bastante le costó. Chocó al menos una vez con cada marco y si hubiese tenido que pasar por un pasillo todas las paredes hubiesen sido suyas por el escabio que llevaba encima. Cigarrillo. Y a buscar agua para el mate. El mismo ritual, cabezas que giran pero esta vez con la desilusión de que la rubia no entró, sino Gabriel buscando agua, galletitas y claro, el baño. El tono volvió a ser como si fuese en secreto, nunca sabremos por que.
Ya nuevamente en la ruta nocturna por la montaña llegamos a destino. Un pueblo de no más de 200 personas, contando la exageración del gaucho que nos alojó. Bertotti. Quién merece una historia aparte. Su trabajo, su vida y de cómo casi lo "achuran" según sus palabras para operarlo de la columna… el Dr….. Rositto.(mi jefe)

1 comentario:

Anónimo dijo...

no se cuantas fotos sacaron pero las que suben... son increibles!!!! alto album despues de esto...

me alegro que sigan con vida.